lunes, 23 de junio de 2008

respuesta al comentario de la nota de "Cacerolas"

Aca publicamos la respuesta de Diego Dipierro al comentario de Marcos Angeles sobre su nota publicada hace algunos dias

Marcos:
Te comento que para mí las que no tienen distinción de clase ni de zona geográfica son las cacerolas como elemento de cocina, como dije en el texto, y no los cacerolazos como forma de protesta.
No sé por qué das por sentado que jamás fui a una villa, tengo amigos que viven en barrios de clase media-baja y de familia laburante, conozco la situación en la que viven ellos y sus vecinos (cito, Villa el Progreso y Altos de San Lorenzo, partidos de Berisso y La Plata respectivamente).
En ningún momento pensé que al hablar de centros urbanos estaba dejando de lado en la mención a los barrios marginados ( y no marginales como generamente se los nombra), ahora que me lo hacés notar y me doy cuenta de eso; y es verdad que las clases bajas urbanas de Capital no salieron a cacerolear, me olvidé de aclararlo para no tomar una única versión de ciudadanía a la clase media y alta que vos criticás. Jamás consideré que las clases medias y medias altas representan una protesta TOTAL. Salieron a hacer su reclamo legítimo al momento en que se hastiaron de la prepotencia del gobierno de querer instaurar un nuevo impuesto del que, después se supo por parte de la población (entre la que me incluyo) que correspondía ser tratado mediante el Congreso (tristemente convertido en una "escribanía del Gobierno" -no recuerdo quien hizo esta catalogación-).
Si querés considerarme clasista, hacelo, las diferencias de clase lamentablemente existen, yo creo en los derechos que consagra la Constitución y que tristemente se ven pisoteados a diario.
La pueblada a la que hacía referencia es por la reminiscencia que causaba ver salir gente a la calle a cacerolear, me imagino que habras visto (si es que pudiste ver las escasas imágenes que los medios transmitieron, o leer en diarios del interior) los reclamos en el Chaco, Catamarca y Tucumán; además de los más renombrados en Capital, Córdoba y Rosario. Acá se desmorona la hipótesis de que los cacerolazos corresponden a reclamos de los directamente impactados (ruralistas en todas sus formas, desde la SR y los pooles de inversión hasta los chacareros que viven de su producción).
Yo soy de lo que mucha gente podría considerar como clase media y no me considero fascista en absoluto, al contrario me repugna la actitud fascista-peronista (en ese orden) de este gobierno de, mediante actos públicos grandilocuentes, pretende demostrar una legitimidad popular que supo ganar (aunque este punto quisiera discutirlo en otra oportunidad) en las elecciones y que ahora decayó al punto de generar fuertes discrepancias en el propio seno del PJ.
La clase media (un sector) sí deseó desde siempre el ascenso en la escala social. Ahora, me parece una generalización sin sentido decir que toda la clase media es y fue siempre así. Yo detesto los totalitarismos en cada una de sus diferentes y tristes versiones (por nombrar algunos, stalinismo, nazismo,maoísmo y una nueva versión autóctona y berreta, el kirchnerismo).
En ningún momento me puse el cartel de "voz autorizada", simplemente quise dar mi opinión de manera clara y franca. Y no quise defender ninguna determinación construida de la pirámide social a la que vos referís citando a Gramsci. Al contrario, mi objetivo en todo caso (creo no haberlo logrado con esta nota) fue incitar a que los lectores vean de otra forma la realidad que vuelcan los medios, es decir que busqué revertir esa absorción literal de los medios de comunicación (medios de propaganda de los intereses de derecha contra los que estaba Gramsci en la Italia fascista), o sea, pensar ante lo que tenemos delante.
Lamento que consideres que mi manera de redactar responde a "frases hechas y huecas de sentido, que pretenden conformar el sentido común", no soy un literato estoy muy lejos de serlo y no pretendo que mi opinión la tome todo el mundo como propia (otra suposición tuya en la cual te equivocás).
D'Elía es de las personas con menos vocación ideológica que me acuerde de estos últimos años. El ex-piquetero opositor a los K además es un falso líder, busca reflejar (repetir) el conjunto de ideas que los Kirchner pretende imponer a la población, y además es un cobarde que patotea a las viejas de Barrio Norte pero no se la banca para ir a "reclamar" a las rutas del interior, los epicentros geográficos de la bronca. Claro, es mucho más fácil convocar a "reventar" a los que no estén de acuerdo con los K a la Plaza de Mayo, que paradójicamente claman "es de todos, es del pueblo", habría que averiguar qué entienden por pueblo (mejor dicho, qué versión de "pueblo" pretenden dar a sus seguidores, o a los que se traguen el discurso K). Todo esto en un contexto clientelista despreciable, que se vale de las míseras condiciones económicas y sociales de las personas que llevan a sus actos, pero con poca (intuyo) convicción ideológica que debería ser el motor de estos actos de apoyo al Gobierno ($30 y un paquete de polenta era la seductora oferta según pude averiguar de la esposa de un puntero político de esta zona, para que la gente "fuera a la plaza"). Pero cuidado, que el gobierno va a redestribuir la riqueza que obtenga de aumentar los impuestos a todo el campo sin diferenciación de grandes (enormes) productores y de los pequeños.
Ah, en ningún momento apelé a los "puntos medios" para decir cuál sería la solución al conflicto... No todo diálogo implica que se llegue a un punto medio. Hay que respetar la legalidad que desde un primer momento se ignoró con la decisión unilateral del Gobierno. Y la democracia también la defiendo aunque tristemente en este país fala mucho por crecer en ese aspecto.
Espero que me hayas entendido el punto de lo que quise decir y mostrar con la nota, gracias por opinar con respeto y sinceramente. Lamento no contar con todas las armas de conocimiento que parecés tener (se daría una discusión mas equilibrada y frucífera), admito que leo poco.
Saludos,
Diego Dipierro

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